Los seres vivos llegamos a poder caracterizar por nacer, crecer y luego morir. Pero como lo hacen los seres humanos, está todo claro que todas nuestras conductas ya sea buenas o malas llegan atener sentido, una vez que hemos nacido, somos relativamente autónomos y que la mayoría de ellas pueden entenderse como estrategias parra poder burlar a la mente. Las relaciones sexuales, por ende, es algo muy opcional entre ambas parejas, en el sentido de que no es una necesidad vital y es perfectamente posible pasar toda una existencia.
El placer nos llama, ¿y eso?
Nuestro
organismo ha sido diseñado de manera que vivir teniendo relaciones
sexuales resulte más cómodo y fácil que no poder tenerlo, si bien es
cierto, hay algo que nos llega a inducir hacia la primera opción. Se
basa de una fuerza misteriosa a la que Sigmund Freud colocó el nombre de Libido y que hoy en día puede comprenderse desde muchas perspectivas.
¿Cuales son los dichos mecanismos inconscientes por los que nuestro
cuerpo se predispone para tener sexo?.
Todo un tema con respecto al sexo
Todo un tema con respecto al sexo
El
tener sexo altera significativamente la concentración en sangre de
ciertas hormonas y también de los neurotransmisores, al igual que
ciertas actividades asociadas con el amor entre otros.
Hay un tipo de sustancia cuya cantidad aumenta cautelosamente, las endorfinas. Mencionadas endorfinas suelen estar muy asociadas a practicas placenteras y
muy relajantes, como el consumo de chocolate y el deporte, es por ello
que suelen ser consideradas como una especie de morfina que fabrica el
mismo cuerpo. Finalmente, la cantidad también se dispara drástica mente
durante el orgasmo y quizás por ello que tener relaciones sexuales
suelen ser una forma adecuada de cortar el Estrés, mejorar la calidad
del sueño e incluso poder calmar el dolor físico.
Existe otro tipo de sustancia, la hormona oxitocina,
que al estar muy asociada a la creación de lazos afectivos (cariños)
también podría jugar un papel muy importante en cuanto a las relaciones
sexuales de alto placer se trata. Las grandes concentraciones de oxitocina en la sangre aparecen durante los abrazos, las miradas, los gestos, las
muecas, etc. Y, de hecho, esta sustancia podría tener parte de la
responsabilidad de que estas expresiones puedan dar paso hacia el hacer
otras actividades más intimas, ya que parece ser que sus concentraciones
son altas durante el encuentro sexual.
Factores culturales importantes
Factores culturales importantes
Pueda
que las grandes e importantes motivaciones que se llevan a cabo en el sexo puedan estar
descritas partiendo de las hormonas y neurotransmisores que este libera,
pero la cosa no queda ahí. Hablar sobre estos procesos químico es como
describir una conducta desde dentro del individuo hacia afuera, pero nos
faltaría hablar sobre las dinámicas que van de afuera hacia adentro. En
todos los ámbitos de nuestro modo y forma de vida están tomados por
factores culturales y las motivaciones ligadas al sexo no son una
excepción. Los humanos somos muy capaces de poder buscar posibles
relaciones sexuales ya sea por el placer inmediato propio de esta
actividad, sino por las ideas a las que va asociada.
La
idea de lo atractivo y la deseabilidad de una persona, son
indispensables a la hora de hablar de atracción sexual y motivaciones
por las que se guía nuestra conducta sexual. No obstante, estos
conceptos no pueden llegar a explicar sólo desde un análisis de los
neurotransmisores y las hormonas asociadas al sexo, como un factor relajante, emocionante y o maravilloso entre dos personas que se aman de corazón.
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